Mónica Castillo

Culiacán | Cuadrante Creativo
(boletín)

Una de las grandes preguntas que han acompañado al arte en la historia es justamente la que establece con claridad su función y su razón de ser en el entorno humano; así, las consideraciones que se debe hacer para establecer criterios más o menos claros  sobre estas incógnitas se han sucedido a medida que la reflexión acompaña la arte en este periplo, lo que permite no solo la evolución y/o el replanteamiento constante del arte sino incluso el desarrollo del concepto en la mente humana. Es justo uno de estos planteamientos más recientes, el del arte participativo, el que recibieron en un intenso taller varios jóvenes culiacanenses, de parte de la maestra Mónica Castillo del sistema nacional de creadores.    

Con una semana de duración, el taller tuvo lugar en la torre académica de la U.A.S. y se llevo a cabo bajo auspicios del ayuntamiento de Culiacán y la nueva entidad promotora “Cuadrante Creativo”; la maestra Castillo diserto  en varias sesiones sobre la necesidad del artista de un ejercicio reflexivo permanente y un pensamiento ideológico que sin llegar necesariamente la  filiación  o la militancia ubique al artista sobre el ser y el hacer de su entorno social. A saber, es necesario que el creador este informado, si sobre las distintas técnicas  que de a poco se van integrando a la expresión artística, pero más aun, de los sucesos, los personajes  y situación general que guarda su entorno inmediato.

Presenta la maestra Castillo esta reciente visión del arte, el “arte participativo”  o para públicos específicos, que no es otra cosa que   una serie de prácticas artísticas que toman como objeto las relaciones sociales para establecer un proceso donde la obra de arte es modificada, completada o concreada a través de la intervención de distintas personas. Es pues el arte participativo una serie de experimentos que  redefinen el rol del artista y el público,  cuestionando el “cliché” de que el artista es productor y el público receptor de una producción especifica; se trata de una nueva posibilidad a la relación humana a través de una estrategia de colaboración, una propuesta artística que da énfasis a la experiencia artística en el receptor, a diferencia de propuestas tradicionales que acentúan la producción de la “pieza/obra de arte” del artista.

La maestra Castillo obtiene el grado de maestría por la Universidad de Kunsteen en Berlín, para regresar a México y crear la licenciatura en artes visuales de la Universidad de Yucatán; es también maestra en el centro nacional de las artes y como artista ha participado en un sinnúmero  de exposiciones principalmente colectivas, en función de la naturaleza de sus teorías. Defensora de diversas causas sociales, Mónica se ha asegurado de que su expresión artística llegue a un mayor número de “consumidores” planteando el arte como una especie de trinchera desde la que se puede disponer “para decir  cosas que comprometan el pensamiento y las decisiones del colectivo”; el sentido estético de la obra se lo darán los mismos consumidores del arte, “toda vez que el carácter público de la creación compromete una difusión efectiva que va de boca en boca”.  Concluye la artista.